RUFINA ALFARO
LA HEROÍNA SANTEÑA
La tradición oral recoge y destaca muchos rasgos y particularidades de la personalidad de nuestra heroína Rufina Alfaro, que al igual que la colombiana Policarpa Salabarrieta y la francesa Doncella de Orleáns, entraron a las páginas de la historia como impulsaras de nuevos designios, al convertirse en soplo inspirador para hombres y mujeres que se dieran la tarea de recorrer nuevos caminos, no muchas veces caminados por los senderos de la paz y el sosiego…
Rufina Alfaro en el año de 1821-dicen no pocos- pudo tener 22 años. De ojos negros y rasgados, cabellera abundante de igual color, trigueña, alta y de contextura delgada, la describen sus coterráneos. Y Las Peñas, donde vio por vez primera los rayos del sol, es allí donde señalan los moradores de la Heroica Villa de Los Santos, como el lugar de nacimiento. Como toda joven interiorana de esos tiempos, se dedico a las actividades domesticas, ayudando a sus progenitores en el desarrollo de las mismas.
Muchas veces recorrió el camino de su casa hasta La Villa, vestida como todas las mujeres de la época con una pulcra y vistosa basquiña, para vender los productos agrícolas sacados con la labranza de la tierra por sus progenitores.
Muchas veces recorrió el camino de su casa hasta La Villa, vestida como todas las mujeres de la época con una pulcra y vistosa basquiña, para vender los productos agrícolas sacados con la labranza de la tierra por sus progenitores.
En uno de esos días se acercó al Cuartel de la comunidad y cautivó al jefe de la guarnición con su belleza, de la cual quedo prendado. Poco a poco, a través de los siguientes días fue ganándose la confianza de cada uno de los miembros y conociendo sigilosamente el movimiento interno del cuartel, y así comunicarlo seguidamente, bajo secreto al grupo de Don Segundo de Villarreal y Francisco Gómez – Miró.
Esta estrategia permitió consumar el 10 de noviembre de 1821, sin derramar una gota de sangre, el Grito de Independencia de La Villa de Los Santos y escuchar en todos los rincones de la comunidad, la sagrada frase de VIVA ¡LA LIBERTAD!
A Rufina Alfaro, la historia, esa que se hace y se escribe en los libros o se resguarda en la imaginación de todos, le tenía un sitial preponderante, aquí está la muestra…